Si escuchas esta pieza musical de La Gran Belleza
mientras lees esto, no te sabrá igual, prueba.
mientras lees esto, no te sabrá igual, prueba.
En la película "El Club de los poetas muertos", el
profesor que encarna Robin Williams invita a sus alumnos a que hagan que sus
vidas sean extraordinarias. La escena es inolvidable. Los colegiales se ponen
delante de la vitrina que guarda la imagen de los antiguos estudiantes de
aquella academia, y acercan la oreja a la vetusta fotografía mientras el mentor
de literatura susurra en sus oídos:
- ...Caaar-pe...Diii-eemmm...,
...caaar-peee...diiii-emmmmm....
Muchos basan su existencia en un ficticio mañana:
mañana dejo de fumar, mañana comienzo la dieta, mañana estudio o mañana cambio
mi intención de voto. El hoy, y el aquí-ahora, se nos escurre de las manos como
una lagartija, y mientras tú haces piruetas para sujetar esa escurridiza
metáfora, los días siguen desfilando con disciplina militar, uno detrás de otro.
Los mañanas de ayer son los ayer de hoy, el vértigo.
Buda
pensaba que una de las claves de la felicidad consistía en vivir en presente,
sin que el ayer ejerciera de ancla, ni el mañana de ansia.
Los
abuelos añoran volver y los hijos sueñan con llegar, con lo que tenemos un
pasado que ha colgado el cartel de "No hay billetes" y un futuro con
otro aviso incómodo, "Reservado el derecho de admisión". Y entre
ambos carteles, la lagartija que sigue corriendo por encima de las aguas.
John
Lennon dijo que la vida es aquello que nos ocurre cada día, mientras nosotros
nos empeñamos en diseñar otra historia distinta.
Y
sin embargo, y a pesar de Robin Williams, de Buda, de John Lennon y de la
lagartija, nos tiramos a la yugular del primero que nos quita el aparcamiento, o del
que nos adelanta al coger el ascensor, o peor aún, no perdonamos a quienes no
piensan igual que nosotros, y esto si que es vivir sumergido, hundido en el
"Deperdi Diem" ("Pierde el momento").
Carpe Diem no es pulsar el emoticono "Me gusta" a cada instante
de nuestra existencia. Carpe Diem es pulsar intro en "Aceptoloquemeocurreaquíyahora", aunque quien resumió
todo este galimatías de mejor manera fué Bob Dylan: "Aquel que no se
preocupa por vivir, se ocupa de morir".
Maravilloso Dylan, seguro que hubiese sido un
gran domador de lagartijas.
Manolo Martínez
2 comentarios:
Lo que más recuerdo de la película del "Club de los poetas muertos" es el "oh capitán mi capitán" de Walt Whitman. La reflexión que haces sobre el aquí y ahora y lo poco que le echamos cuentas, me ha llegado. Desde no hace mucho tiempo me planteo vivir el día a día como si fuera el último porque algún día lo será y cuando miras atrás da vértigo el pasar rápido de la vida. Escuchar la música al tiempo que leer tu relato me ha relajado. Pues mira, caigo en la cuenta de que es un buen comienzo para hoy, para alegrarse el día.
Un beso para ti y otro para Mari Gracia.
Me alegra tu comentario, Lola. El simple hecho de pararse a pensarlo, te hace ralentizar la forma de vivir a golpe de "intro" que llevamos. Que tengáis un maravilloso verano, lleno de buenas lecturas, de paseos y de buenas viandas regadas con mejores caldos, y si es cerveza helada, ni te digo.
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