Hay gente que se lleva décadas cumpliendo cuarenta y tantos, y es que cuando pasamos de los cincuenta, la memoria nos falla cuando nos preguntan cuántos inviernos llevamos en los bolsillos, y vuelta la burra al trigo, cuarenta y tantos...
Envejecer no está
tan mal si se hace con dignidad, lo que no significa que a partir de los
cincuenta tengamos que salir a la calle con el pañuelo de doña Rogelia en la
cabeza, pero por dios bendito, aunque tu mujer esté muertaypená por disfrazarte
de veinteañero, no cedas.
Si te das un tinte caoba en los tres pelos que te quedan, te pones un pantaloncito “colorao”, un chaleco verde limón (siempre sobre los hombros), y unas gafas fashion que te tapan el careto, no te estás quitando años Andrés, te estás preparando para un casting del Circo del Sol.
Que no tengan tus
amigos que decirte cuando te vean esta feria (depues de dos ferias sin verte
por la pandemia)
—¡Jesús, María y José!, ¿eres tú, Andrés?
Unos le llaman
midorexia, otros Síndrome de Peter Pan..., sea lo que sea, no lo vuelvas a
hacer campeón, tómate un poquito de café bebío que te despabile, y búscate una
pareja para jugar al dominó.
Manolo Martínez
https://www.facebook.com/Comer-Beber-y-Hablar-1630331003941651
No hay comentarios:
Publicar un comentario