Somos contradictorios, paradójicos, irracionales...Nos quejamos de la falta de paz, nos quejamos del exceso de paz (la rutina), nos quejamos de los nublados..., por ello, anhelamos novedades: escalar el Everest, cambios, adrenalina como el oxígeno de la novedad, una cucharadita de sorpresa, un desafío. Y es que hay momentos en que no sabemos lo que queremos, si comprar en el chino de la esquina o coger un avión e irnos a la otra punta del mundo. Claro, todos acabamos en el chino, sobre todo por el presupuesto. Al parecer, esta actitud es un intento de confirmarnos, a nosotros mismos, que seguimos vivos. La vida en estado puro.
El desafío de estos dos pianistas lo vamos a convertir en la la banda sonora de hoy. Va por ustedes.
(Mañana me apunto a...a....clases de "Mirar las nubes e interpretar sus formas". ¡¡¡¡¿Qué no hay?!!!! Juan, por Dios, que la pongan ahora mismo, te aseguro que se te llena el taller)
2 comentarios:
Ojalá todos los duelos fueran así de espléndidos.
Por cierto, me apunto al taller de las nubes.
Un beso.
Gracias Lola por tu fidelidad lectora. Pues lo siento, yo no me apunto a ese taller ni regalándomelo. Lo sugiero en mi post de forma irónica, porque aunque todos somos yin y yang, invierno y verano, queramos o no, yo cada vez soy más de pisar tierra, las nubes para l@s adolescentes tengan la edad que tengan. Yo quiero puchero en la mesa, domingos de paseos, y una conversación, poco más. Un beso fuerte para ti, y un abrazo a tu marido.
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