Cantaba Serrat aquello de que, de vez en cuando, la vida te besa en la boca. Yo me traje esa noche para Carmona uno de esos besos de tornillo, no sólo porque hubiera gente a la que le gustase lo que yo escribía, sino, sobre todo, porque había gente que me entendía, que compartía conmigo el amor por la escritura, sin más pretensiones que la de seguir escribiendo.
Aparecen en este vídeo, compartiendo mesa y premio, aparte de una guapísima compañera, Manuel Terrín y Santiago Casero, hoy día escritores consagrados y cargados de reconocimientos literarios.
Aprovecho la ocasión para agradeceros a todos los que tenéis la generosidad de leerme, incluso comentarme. Sinceramente, un honor.Manolo Martínez
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3 comentarios:
¡Enhorabuena vecino! Me ha encantado veros a tí y a Mª de Gracia en esa cena. ¡Pronto volverán esas reuniones literarias tan necesarias! Besos :D
Enhorabuena por ese premio, que imagino que ya tiene su tiempo, ya que no os veo con mascarillas, que es lo que identifica este último año. Te lo mereces sin duda, tienes magia con las letras, eres capaz de convertir en una linda historia un recuerdo de la infancia y eso no todo el mundo tiene la facilidad de hacerlo como tú.
Un beso para los dos, espero que estéis bien.
Gracias Lola, y sí, tu observación es certera, tiene ya su tiempo, pero hasta ahora mismo no he conseguido el vídeo, por eso, cuando facebook me recordó el momento, lo actualicé con el vídeo. Gracias por tus siempre agradables palabras, siempre son bien recibidas. Ojalá podamos encontrarnos no más pronto que tarde y compartir de una vez esas cervezas pendientes. Abrazo para Andrés
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