CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


sábado, abril 03, 2021

TRAMPANTOJOS

Decía “El Triguito”, aquel entrañable personaje de Carmona: “Hay más hijos putas que piedras de mechero”

...y no se equivocaba, como casi siempre, aquel filósofo de la calle, porque además él los veía venir de lejos.

El trampantojo busca engañar al ojo. Nos hace ver algo que no es. 

Trampantojos fraguan los pintores y los cocineros, haciéndonos creer que un niño sale desde el interior de un cuadro o que lo que hay en el plato para comer es un puro habano, como hacen en el Restaurante Eslava de Sevilla, y resulta divertido, cuando conocemos la fullería claro. 

Otra cosa es si no descubrimos la zancadilla, como ocurre en tantas ocasiones en los tiempos que corren. Por ejemplo, un trampantojo es la letra pequeña, esa que ninguno leemos cuando firmamos cualquier contrato o hipoteca con los bancos. Buscan con su ilegible brevedad precisamente eso, que firmemos sin conocer cláusulas que nos harían echarnos para atrás en el trato. 

 Trampantojos son los amigos falsos, esos que te ponen el brazo encima del hombro los cuatro días de feria y lo dejan allí olvidado. Y ahí que vas tú paseándote por las casetas con el brazo de la criatura adornando tu hombro, sin poder despegártelo. La mejor forma de quitártelo de encima es decirle que tienes un problema. Desaparece el brazo y el amigo. A mi me funciona. Pruébenlo. 

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