Señalaba Rafael Azcona que ya no hay catetos con boinas en los pueblos, que hoy, los catetos llevamos ropa de marca con la etiqueta por fuera.
Bebemos Coca-Cola, comemos en McDonald, nos vestimos de Lacoste y Ralph Laurent, y nos cagamos en unos Calvin Klein.
Ya no soy “yo y mis circunstancias”, ahora soy “yo y mis marcas”.
Menos mal, que Lacoste no fabrica lentillas. ¿Se imaginan el mareo que sería ver, sorteando el rabo del dichoso cocodrilo impreso en las lentillas, porque lo que nos importa es que se vea la marca?
Eso de valorar las cosas por su etiqueta, de juzgar a la gente por su apariencia, de prejuzgar sin arañar más en el alma de alguien, aunque sea con una simple conversación, es lo mismo que leerse un artículo sólo por su titular.
De muestra un botón: ¿cuántos habéis empezado a leer este artículo sólo por su ambiguo e insinuante título?
Manolo Martínez
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