Dicen que no hay dolor como el
del parto, salvo el que ha catado el del cólico nefrítico, o el que experimenta
un sevillista con cada gol del Betis y viceversa.
Dolores hay más que Lolas, pero, dicen los sabios, que no hay nada tan doloroso como la lucidez, según lo cual, nadie es tan feliz como un ignorante.
Y de ser así, ¿qué prefieres ser?, ¿un infeliz o un imbécil?
Difícil papeleta ¿verdad? ¿Tú que eliges?
Manolo Martínez
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