Los griegos tenían una ley que obligaba a los hijos a cuidar de sus padres ancianos, y
esta ley se llamaba Pelargonia, que significa cigüeña.
La torre número 45, la torre del Picacho, ha
sido la elegida por las cigüeñas para velar por Carmona. Alguien les ha debido
dar el chivatazo de que esta ciudad tiene ya cinco mil años, y las zancudas de
pico rojo han decidido escoltar los amaneceres de esta milenaria ciudad para
dar la bienvenida a quienes decidan acompañarnos unas horas, o mejor unos días.
No hay mejor forma de cuidar de esta madre que a todos
nos ha criado, y empujado a crecer, que abrir sus puertas de par en par, y
compartirla, porque Carmona es de todos quienes la pasean, la contemplan y la
comentan. Carmona es tuya, y mía.
Fotografía:
Rafa Morales
Texto: Manolo Martínez
1 comentario:
Pues muchas gracias amigo Manolo cuando dices que de Carmona también tengo un cachito, pues me encantó cuando la vi y me gusta tener una parte de ella. Si las cigüeñas se instalan en ese torreón, es que son muy listas, quien pudiera ver el amanecer desde ahí.
Un beso.
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