No hay afición más de pueblo que
la de despellejar a un tercero.
Son cuatro gatos. Gente con el
colmillo retorcido las veinticuatro horas del día.
Son como la araña al acecho de la
mosca. Les importa un rábano vomitar verdades o mentiras, la mayoría de sus
historias las inventa una mente enfermiza que necesita diseccionar la biografía
del calumniado.
Se le habrán cruzado los cables…,
dicen algunos intentando excusarles, y un carajo, son gente más mala que un
doló.
Gentuza que inventan y difaman,
gentuza fea por dentro, tan fea que les sale a la cara y son feas por dentro y
por fuera. Vade retro.
Queda claro que su leitmotiv es que sus vidas son una mierda: aburridas, descoloridas, infumables, e intentan, con sus malas artes "convertir" la vida de los demás en un espejo de las suyas, es de primero de la ESO.
Aunque bien
pensado, dan más pena que otra cosa. Mejor dejarles escupir su cieno hasta que,
como los escorpiones, mueran con su propio veneno, y luego, pasar al lado, sin
pisarles, no vaya a ser que mientras se retuercen, suelten un último picotazo,
y es que, me cagüentó, desde que dejé de
ver los payasos de la tele, entendí que “Homo, homini lupus”.
Manolo Martínez
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1 comentario:
Es cierto que hay gente, que no viven su vida,y quieren vivir la de los demás, como garrapatas ,que se alimentan desde que abren los ojos cada día , para , como bien dices desplumar o chupar, desangrando a su víctima.
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