De camino le hacen caso al traumatólogo, de pago también, que les aconsejó
trabajar la musculatura
Por favor, no seas simple y hagas la lectura fácil de esto. No, no es un texto tendencioso, despectivo y machista, para nada.
Es todo lo contrario. Es un homenaje a quienes no conocieron las palabras lavavajillas, pilates, socializar y menos aún, médicos de pago, y aún así salieron adelante. Tuvieron a los que después nos tendrían a nosotros, nuestros padres. Les alimentaron, les vistieron, le dieron cama, y les enseñaron a respetar a sus mayores. No tuvieron tiempo ni dinero para nada más.
Hoy nosotros estamos aquí gracias a ellos. Es una certeza biológica.
Tenemos lavavajillas de última generación, vamos a pilates, socializamos en el
club de tenis, nos aconseja un psicoterapeuta argentino y nos alisa las arrugas
un dermatólogo
— Gilipollas
… mientras el padre agacha la cabeza avergonzado por un lado, y aliviado
por otro, porque es de lo más suave que su malcriado hijo le regala si no le concede el capricho.
¿He dicho alguna mentira?
Vamos a tener que volver a la fuente con el cántaro en la cabeza, lo
hicieron mucho mejor que nosotros.
Manolo Martínez
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