He vuelto a mi colegio cuarenta y cinco años después. Ha sido al abrir mi wasap y ver esta foto. Está igual que cuando lo dejé. Con mis dedos índice y pulgar estiro la foto y empiezo a buscarme. Seguro que estoy dentro de aquel wasap: en clase, o castigado quitando los chinos del campo de fútbol de tierra.
A menudo me asusta tanta tecnología. Esto de volver al pasado y agrandarlo con dos dedos es pura magia, mejor que la Magia Borrás que nos regalaban los reyes. Hablando de reyes, hemos tenido que ser muy malos este año, porque no dejan de decir en los telediarios que los reyes, en vez de traernos cosas, se las han llevado.
Intento ampliar más mi colegio y el descampado, por si encuentro a mi amigo Paco Pepe y a mí riéndonos mientras malcantábamos en el coro… y a Tony, a Paco, a Pachón..., y a don Andrés… , ay don Andrés…, pero los dedos ya no me dan más de sí, y no puedo seguir abriendo la foto, y con ella mi pasado. Cierro el wasap, pero quedan abiertos en mi corazón aquellos años.
Manolo Martínez
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