CARPE DIEM



Dentro de veinte años, lamentarás más las cosas que no hiciste, que las que sí hiciste. Así que, suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.


domingo, enero 03, 2021

La Cabalgata del motocarro y el ángel


De la navidad, como del cerdo, se aprovecha tó, aunque quede feo decirlo así. Desde los primeros mantecaos, allá por noviembre, hasta el último caramelo que deja la última carroza del cortejo de reyes magos, todo entra en el zurrón. Durante treinta días nos sumergen en villancicos, guirnaldas, lucecitas de colores y películas de navidad. Los domingos a las cuatro te sientas con tres paquetes de pipas reyes, uno por película, para ver las de antena 3, todas de pascuas. Te levantas a las nueve, cuando acaba la última, cinco horas de tele, y porque empiezan a dar las cifras de la pandemia y te vas al baño para no escucharlas. 

Hay dos películas que no programa Antena 3, pero que son las mejores películas de navidad de la historia del mundo mundial, por geniales y por opuestas. Una es ¡Qué bello es vivir!, que para entendernos, digamos que es la navidad del Corte Inglés, y la otra “Plácido” que es la navidad de la calle.


En “Plácido”, el protagonista recorre el pueblo en un motocarro coronado por una estrella, recolectando pobres para repartirlos por las casas de bien y que compartan la cena de nochebuena con la gente pudiente. Plácido pregona por un altavoz (como si fuera “El Cuétara” cuando nos pedía que fuésemos al campo de fútbol de San Antón para animar al Carmona), aquello de “pon un pobre en tu mesa”, aunque sea una noche. Lo importante es que las cámaras dejen constancia de la bondad del bienhechor. 

En “Qué bello es vivir” hay nieve, actores guapísimos (en “Plácido” están José Luís López Vázquez y José Orjas. Escojan), y un ángel que viene a redimir al protagonista.


Todos acabamos llorando cuando en “Qué bello es vivir” cantan “Por los viejos tiempos” y la familia se abraza en un final antológico. Mientras, en “Plácido”, nos morimos de risa (por asco de la verdad), cuando uno de los pobres afortunados con comer en la casa de un rico se muere durante la cena y lo suben al motocarro para evitar velarlo en aquellas casitas del barrio alto, que cantaba Víctor Jara. 

Las dos navidades en dos películas. Una es la navidad que todos queremos y la otra es la de verdad. Ninguna es mentira, porque una es la que vives y otra es la que sueñas. Teniendo claro que vivir es la realidad, no es un embuste que la gasolina para vivir es soñar.

¿Se acuerdan ustedes de Telly Savallas, el actor de Kojak, el del chupa-chups? Cuenta en su biografía que de niño era un prenda y se colaba en los cines sin pagar. El día que vió “Qué bello es vivir”, al finalizar la película se fue directo a la taquilla a pagar su entrada. No se sentía bien por haberse colado sin pagar, la película le tocó la fibra.  La anécdota resume el bienestar que uno tiene cuando acaba de ver la película de Capra, la necesidad de ser mejor.

En definitiva, cine del bueno, las dos, del que construye verdades a base de mentiras. Berlanga es la realidad y FranK Capra la ilusión. ¿Qué dedo te cortarías?

Manolo Martínez          

https://www.facebook.com/Comer-Beber-y-Hablar-630331003941651/?ref=bookmarks

No hay comentarios:

quizas te interese

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...